Tiene la finalidad de reencontrarse consigo mismo, esclarecer las fortalezas y áreas de oportunidad; y con esto mismo trabajar para encontrar una solución idónea a las situaciones que en el transcurso de la vida se presentan como complicaciones.

Durante la terapia se busca el establecimiento de cambios permanentes en las relaciones del individuo con su medio, de modo tal que le permitan gozar de plenitud en su interacción con los demás y sobretodo consigo mismo. Es un proceso de autoconocimiento profundo que emprende una persona con deseos de modificar aquellas circunstancias que en su vida le son conflictivas, molestas o dolorosas, logrando así el equilibrio de sentimientos, pensamientos y acciones.

El terapeuta acompaña y apoya al consultante en su proceso, ofreciéndole así la posibilidad de un cambio duradero, mostrando información que puede ser valiosa para adquirir una perspectiva distinta a la que actualmente vive, y apoya para el desarrollo de nuevas habilidades personales que le permitan llevar una vida más plena.

Algunas señales que te muestran que puedes requerir de psicoterapia son:

1. Haber pasado por una experiencia de perdida recientemente o hace ya un tiempo, que te indique que aún no se ha superado (fallecimiento de un ser querido, mudanza, desempleo, ruptura amorosa).
2. Desanimo, llanto, baja energía para realizar tus actividades diarias, melancolía sin motivo aparente.
3. Ansiedad, dificultades para concentrarse y dormir / descansar adecuadamente.
4. Complicaciones en las relaciones interpersonales, roces constantes con la gente al rededor (en la pareja, con la familia, en el trabajo y con amistades).
5. Inestabilidad emocional, altibajos constantes, que llevan a decisiones caóticas.

“Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”. Eduardo Galeano.